Esta tarta fué la que más esperaba, y a la vez la que más miedo me daba. Era todo un reto para mí pues era para el cumpleaños de mi hijo pequeño, Pablo que le encanta Pocoyó (y he de reconocer que a mí también).
Quería que todo saliera perfecto.
Estuve modelando toda la semana, algunos me costaron más que otros, pero la verdad es que quedé bastante contenta con el resultado.
El bizcocho de la tarta fué un bizcocho de plátano, con almíbar de chocolate y buttercream de petit suise de plátano.
Las letras las estuve esperando hasta el mismo día del cumple y las coloqué poco antes de empezar todo.
Menudo estress.
El resultado me gustó y al ver la cara de los niños, sabes que ha merecido la pena.
Espero que os guste tanto como a los niños y por supuesto a mí.
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